Dentro de los tipos de dolor crónico, el dolor cervical esta presente en nuestras vidas. Particularmente si pasas muchas horas en la oficina o si te pasas mirando el móvil muchas horas durante el día.
Aunque el dolor crónico de espalda baja suele ser el más prevalente y el que causa un mayor número de bajas laborales. El dolor cervical no se queda muy atrás. Y me parece de vital importancia que conozcas esta información para utilizar el ejercicio como tratamiento de esta dolencia.
Diferencia entre dolor agudo y dolor cervical crónico
Nunca debemos confundir el dolor agudo con el dolor cervical crónico. Esto es muy importante porque tendrán tratamientos radicalmente diferentes.
Dolor agudo
Normalmente es un dolor asociado a un daño en un tejido. Por tanto es un dolor que depende de la curación. De tal forma, a medida el tejido se cura el dolor a su vez desaparece de forma proporcional.
Estos dolores suelen deberse a la incapacidad de nuestra musculatura del cuello de absorber la tensión en la zona vertebral. Especialmente cuando incapacitamos a las vertebras con una mala posición del cuello.
El dolor agudo también sería un daño producido por un fuerte traumatismo. En ambas situaciones el dolor tiene unos periodos de duración y no se prolonga mucho en el tiempo

Dolor crónico
Si tienes dolor crónico, como por ejemplo sucede en los casos de fibromialgia. Padecerás un tipo de dolor denominado neuropático.
Esto quiere decir que el dolor reflejado por tu sistema nervioso central no corresponde al daño creado en un tejido. Por ello, sentiremos dolor por estímulos que normalmente no son dolorosos.
En esta situación el tejido ya ha completado los tiempos de recuperación y el tratamiento nunca debe estar centrado en dicho dolor sino en la verdadera causa que lo produce. Por ello, es un dolor que se prolonga en el tiempo durando semanas, meses e incluso años.
Necesitamos reducir el «estado de alarma» de nuestro sistema nervioso central para dejar de percibir estímulos dolorosos en situaciones que no nos ponen en peligro; ya que ese es la verdadera función del dolor.
Efecto del ejercicio en el dolor cervical
Si has entendido los párrafos anteriores, sabrás diferenciar cuando tienes dolor cervical crónico, o agudo. Fíjate en el tiempo que persiste el dolor… si dura semanas o meses indudablemente es una dolencia crónica.
Hoy en día sabemos que la práctica de ejercicio tiene un efecto potente en la reducción del dolor , si este ejercicio esta correctamente pautado (estudio). Esto debe tenerse muy en cuenta ya que, aparte de mejorar el dolor, el ejercicio físico mejora la salud general.
El problema es la creencia de que hacer cualquier movimiento con dolor es malo, y esto conlleva a crear conductas de miedo al movimiento (kinesofobia).
Los pacientes con dolor cervical pueden empezar con dosis bajas de ejercicio, especialmente si sufren miedo al movimiento en la zona afectada. Lo ideal es ir aumentando la dosis de ejercicio progresivamente.
Otro aspecto muy importante es prolongar la practica de ejercicio en el tiempo. Ya que sabemos que cuanto más duración en semanas tenga el programa, mayor será la reducción de dolor cervical (estudio)

Tratamiento para el dolor cervical agudo
En procesos de dolor agudo, nuestro objetivo con el ejercicio es acelerar la recuperación y/o reducir el dolor cervical.
En cuanto a tratar el dolor directamente, sabemos que hacer ejercicios isométricos producen una respuesta automática de reducción de dolor (estudio).
Después flexibilizar la zona con estiramientos también mejorará la respuesta al dolor y acelerará dicha recuperación del tejido.
Por último, resulta muy interesante liberar la tensión acumulada en la fascia de la zona afectada. Con ello podemos inhibir los puntos gatillo (puntos dolorosos) y flexibilizar el tejido dañado.
Estas estrategias deben tener como músculos diana del tratamiento a los siguientes músculos:
- Esternocleidomastoideo
- Músculo largo del cuello
- Trapecio superior
Te dejo de forma práctica como hacerlo en este vídeo de mi canal de YouTube:
Tratamiento para el dolor cervical crónico
Esta situación no debe enfocarse en acelerar la recuperación, ya que, se han cumplido los tiempos de cicatrización. En cambio, tenemos una sensibilización excesiva a nivel nervioso.
Por ello, en este caso, los estiramientos no son necesarios y no te lo recomiendo; ya que lo único que conseguiremos es empeorar dicha «alarma nerviosa». Por la misma razón tampoco tendrá sentido consumir fármacos anti-inflamatorios
En cambio, si podemos utilizar los ejercicios isométricos para aliviar el dolor y aplicar la liberación miofascial para liberar tensión y reducir las restricciones de movimiento. Puedes repasar ambas técnicas en el vídeo de antes. ¡Te ayudarán!
Aunque ese alivio momentáneo es positivo. El mayor beneficio lo obtendremos con el entrenamiento. De esta forma, actuaremos sobre el sistema nervioso por diferentes vías.
El ejercicio cardiovascular reducirá nuestro dolor de cuello a corto plazo después de la sesión. Esto se debe a modificaciones en los umbrales de dolor (estudio).

Pero debemos de tener cuidado, ya que si implicamos las zonas dolorosas en el ejercicio. Podemos obtener una hiperalgésia, es decir, un aumento de la sensación de dolor (estudio). ¡Mueve todo lo que no te duele!
En cuanto a la dosis óptima de ejercicio, cambia según el caso. No te fijes en recomendaciones oficiales y empieza con sesiones muy cortas de baja intensidad y repítelas casi todos los días. Si tu dolor no aumenta significa que lo estas tolerando bien y podrás ir aumentando la duración y la intensidad de las sesiones poco a poco.
En cuanto al entrenamiento de la fuerza, muchas personas desconocen todo el potencial que tiene para reducir el dolor crónico. Partimos de la misma premisa no hagas movimientos con las zonas afectadas. Por tanto, elige aquellos ejercicios que te permitan mantener el cuello relajado.
Comienza con pesos ligeros y si no aumenta tu dolor aumenta la cantidad de ejercicios y el peso progresivamente para comprobar si tus tejidos se adaptan bien. Te recomiendo que hagas muchas sesiones cortas a la semana en lugar de pocas sesiones de más duración así será más difícil que sobrepases el umbral de dolor en tus entrenamientos.
Si mantienes tus ganancias musculares en el tiempo, conseguirás que el dolor cervical se elimine por completo y no volverá a aparecer.
Espero que esta información te resulte útil y sobretodo que te ayude mucho…
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Si te surge cualquier duda solo tienes que escribirla en la caja de comentarios y te la resuelvo encantado:) ¡Hasta la próxima!


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